La música, imprescindible en la Almansa de épocas pasadas

La música se clasificaba de manera sencilla en dos tipos. La música sacra, reservada para los oficios religiosos, tanto en el interior de los templos como en procesiones litúrgicas o penitenciales. Y la profana, más o menos popular, que acompaña las actividades civiles y más lúdicas. Encontramos ejemplos de ambos en la Almansa del pasado.

La música profana amenizaba las fiestas, danzas y bailes populares. Nuestra ciudad solía contratar músicos de otras localidades para los eventos especiales, lo que sugiere la no existencia de conjuntos permanentes de música popular. Así ocurrió en 1586 durante la breve estancia del rey Felipe II en Almansa, en que se contrataron dos juegos de ministriles de cuerda y/o viento del reino de Valencia (zona de Albaida, Ollería y Onteniente), más un grupo de doce moriscos cristianos nuevos con dulzainas, trompetas y tambores, procedente del valle de Ayora. Estos conjuntos amenizaron la villa con su música, y animaron las danzas populares durante los tres días de estancia del rey Prudente. Al son de la música, los vecinos bailaron y danzaron por las calles (y los mejores fueron premiados).

34
Músicos y danzantes moriscos. C. Weiditz – Die trachtenbuch (1528 – 1529).

Unos años después, en 1627, se celebró el día de la Virgen del Rosario con “musica y toros». El concejo gastó 84 reales en el salario de los ministriles, y en la construcción de «tablados» de madera para los actos.

Existen aún más noticias sobre música sacra. De manera habitual, las principales iglesias y catedrales contaban con una capilla musical permanente. Y así ocurría en la Asunción, cuya capilla contaba con varios ministriles con instrumentos de viento (flauta, cornetto, sacabuches, chirimías, bajones…), y de cuerda (tiples y vihuelas sobre todo). Parece que estos últimos tenían un especial protagonismo. El 2 de junio de 1616, el músico almanseño Gaspar Alonso firmaba un contrato como maestro de tiple (similar a una guitarra de pequeño tamaño). Gaspar serviría en la iglesia como ministril durante siete años, periodo que dedicaría además a enseñar a Francisco, hijo del también músico Miguel López, a “cantar y tañer tiple hasta que lo sepa muy bien como buen ministril”. Como pago por sus servicios, Gaspar recibiría de Miguel diez ducados anuales. Aunque el contrato se disolvería si en algún momento de los siete años, el joven Francisco se casase o ingresase en un convento.

Los archivos conservan más datos sobre instrumentos de cuerda en Almansa. En 1633, los esposos Diego Rodríguez y María Martínez adquirían en Murcia distintas mercaderías para su comercio. Entre ellas, “seis gruesas de cuerdas de bigüelas (vihuelas) de Genoba”. Una gruesa consta de doce docenas, es decir 864 cuerdas, una buena cantidad destinada con seguridad a la venta en Almansa y las poblaciones cercanas.
Otros ministriles que vivieron a finales del siglo XVI y principios del XVII son Juan López (tal vez pariente de los anteriores) y Andrés González.

Las primeras noticias sobre un órgano en la iglesia de la Asunción son de 1553, nada menos. Lo tocaba mosén Antón “horganista”, aunque sus ingresos debían de ser escasos, pues compatibilizaba su trabajo en la iglesia con el gobierno del reloj de la villa (sito en el edificio del concejo en la misma plaza), ocupación por la que recibía seis coronas anuales.

En 1687 la parroquia de la Asunción enriqueció la calidad polifónica de su capilla con la adquisición de un nuevo órgano, financiado con la limosna de los fieles. Una vez recaudado el dinero, se hizo el encargo al artífice murciano Juan Meseguer, que trasladó a Almansa su taller de fabricación de órganos. Este taller, situado en la esquina entre la Corredera y la calle doña Violante, pronto se convertiría en uno de los más destacados de la actual provincia de Albacete. Juan trabajó afinando el órgano de la parroquia del Salvador de Chinchilla entre 1696 y 1699, así como el de la iglesia del Salvador de Villena, por la Manchuela (Alcalá, Alborea, Jorquera), y hasta en Andújar (Jaén).

A su muerte, el taller pasó a manos de su hijo José Meseguer. Según la documentación existente, José trabajó en las localidades cercanas ayudado por su hijo Juan. En 1743 instalaron un órgano nuevo en Ricote (conservado hoy día), y al año siguiente un realejo nuevo en el convento de Santo Domingo de Ayora (Valencia), donde volvieron seis años después a afinarlo.

En 1760 el taller era regido por Juan Meseguer en solitario, casado con María Tomás y con dos hijas, María y Antonia. Su anciano padre, José Meseguer, había fallecido el 29 de noviembre de 1759.

5
Anotación de Juan de Meseguer en el vecindario de 1759: “casado de quarenta y seis años, tiene dos hijas y a su padre viudo de setenta y seis años.”

Juan Meseguer trabajó como fabricante de órganos durante más de tres décadas, por lo que se conocen muchos de sus trabajos. Instaló órganos nuevos en el convento de San Francisco de Yeste en 1763; en la parroquial de Cabezamesada (Toledo) y en el convento de Uclés (Cuenca) en 1770; y en el convento de San Francisco de Caravaca de la Cruz (Murcia) en 1777. Parece que instaló también un órgano en la parroquial de Socovos (Albacete), hacia 1781. Trabajó además limpiando, afinando o reformando otros muchos, como los de Santa Marina en Alpera (en dos ocasiones), Segura de la Sierra (Jaén), Peñas de San Pedro, Molina de Segura (Murcia), y Yeste (el construido por él mismo).

María, la hija mayor de Juan Meseguer, casó con Joseph González Audicana, organista de la parroquial de la Asunción de Almansa. Su otra hija Antonia hizo lo propio con José Llopis, fabricante de órganos natural de Alcoy que pasó a regir el taller a la muerte de su suegro en 1786. En 1805 Llopis construyó un nuevo órgano para la parroquia de la Asunción, tras la pérdida del anterior durante el hundimiento de la capilla mayor de la iglesia de 1784 (construido por el bisabuelo de su esposa Juan Meseguer). El taller se mantuvo en pie hasta su propia muerte en 1831.

El vecindario de Almansa de 1759 aporta mucha información sobre la capilla musical de la Asunción. Aquel año, el clérigo don Miguel Garcerán, de treinta años, ocupaba la plaza de “organista de la parrochial”, rigiendo el órgano de los Meseguer con un salario de 660 reales anuales. Como maestro de capilla oficiaba el clérigo don Fernando Martínez Pina, que recibía 520 reales anuales y contaba con una criada.
Músicos de la capilla en dicho año 1759 eran Blas de Vico, de setenta años, y su hijo bajonista (el bajón era un instrumento de viento antecesor del actual fagot, usado especialmente para interpretar música sacra). El salario de ambos era de 110 y 440 reales anuales respectivamente, algo justo, por lo que completaban ingresos con otra ocupación. También era músico de la capilla parroquial Manuel Legido, soltero, que recibía 440 reales anuales.

4
Grupo de viento con chirimías, cornetas, sacos y bajón. “Fiesta del Ommegang en Bruselas” (1615). Dennis van Alsloot. Museo del Prado. Detalle.

Existía asimismo un coro de voces que contribuía a enaltecer las ceremonias religiosas, y cuyo sochantre o director era Pedro González Bustamante, casado de 32 años de edad. Declaraba recibir por su cargo 440 reales y completaba sus ingresos con el trabajo de cerero, que le generaba otros 300.

También se cantaba en las procesiones de la Semana Santa almanseña de siglos pasados. Se entonaban salmos, en especial el 51 (el Miserere), y algún motete a fauxvordon.

Y es que, como dijo F. Nietzsche, «sin música, la vida sería un error».

Para saber más:

  • ARRÁEZ TOLOSA, A. (2022). “Ocio y diversión en la Almansa de época medieval y moderna”. En Colección Jornadas de Estudios Locales n.º XV. El deporte en la sociedad almanseña, pp. 115-194. Asociación Torre Grande, Almansa.
  • MÁXIMO GARCÍA, E. (2003). “Soli Deo Gloria: el taller de órganos de Almansa”. En Colección Jornadas de Estudios Locales n.º VII. Música y músicos almanseños, pp. 301-360. Asociación Torre Grande, Almansa.
  • PEREDA HERNÁNDEZ, M. J. (2013). “Almansa. Desde los Reyes Católicos hasta la transición”. Asociación Torre Grande, Almansa.

Deja un comentario